Clinton y sus narco-cuates
La Historia no dicha detrás de la reunión cumbre de febrero
en Yucatán redefine al enemigo en la guerra contra las drogas
por Al Giordano
Si los hechos de la historia se hubieran llevado a cabo con cocaína en
polvo, todo el cuerpo de prensa de la Casa Blanca hubiese estornudado; las
noticias estaban justo ante sus narices. Alguno de ellos pudo haber escrito:
MÉRIDA, MÉXICO, 15 DE FEBRERO DE 1999: El presidente de los
Estados Unidos, William Clinton, se reunió hoy con el presidente de
México, Ernesto Zedillo, con el propósito de negociar una mejor
cooperación entre ambas naciones en cuanto a la lucha contra las drogas.
Increíblemente, la cumbre anti-narcoticos tuvo como anfitrión al
poderoso banquero Roberto Hernández Ramírez, un hombre acusado
públicamente de traficar cocaína y lavar dinero del
narcotráfico.
Pero esta historia no fue dada a conocer en los Estados Unidos a pesar de la
controversia acerca del presunto involucramiento de Hernández en el
negocio de las drogas y que ha escandalizado a la Península de
Yucatán desde hace dos años.
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La caja en forma de corazón apareció en el avión
presidencial Air Force One. Era el Día de San Valentín,
domingo 14 de febrero de 1999 y el "Comeback Kid" (su apodo hace siete
años en su país y que quiere decir algo como el Ave
Fénix) se estaba librando de sus problemas. Justo dos días
antes, Bill Clinton se había salvado de ser destituido por el Senado
norteamericano en Washington D.C. El avión presidencial se alejaba del
frío de febrero hacia la tropical ciudad de Mérida.
Clinton, en una imagen de video transmitida a todo el mundo esa noche, se
introdujo a la cabina de prensa del avión sosteniendo una enorme caja
rosada en forma de corazón y repartiendo chocolates de San
Valentín a los reporteros y fotógrafos que cubrían este
viaje. Y para subrayar ligeramente que no se estaba cambiando de tema - de la
acusación judicial y Monica a las "drogas" - los encargados de prensa de
la Casa Blanca agasajaron a los periodistas con botellas de cerveza
cáñamo. La mariguana de la receta de elaboración de la
cerveza estaba señalada como no tóxica. Sin embargo, ellos
estaban a gran altura, risible si no impunemente, en Air Force One.
En Mérida, a la espera de la comitiva presidencial, se encontraba el
embajador norteamericano en México, Jeffrey Davidow. En las semanas
anteriores, mientras la mayor parte del Estado Mayor de la Casa Blanca estaba
ocupado en guiar al Presidente en medio de una crisis política
doméstica, Davidow estaba en México trazando el programa de la
visita presidencial. Davidow no es un novato en esta materia. Su colmillo
diplomático data de la embajada norteamericana en Santiago de Chile de
1971 a 1973, periodo en que los Estados Unidos y el Gral. Augusto
Pinochét tramaban desestabilizar al Presidente elegido Salvador Allende
y a su gobierno. Al momento en que el Air Force One aterrizó en
Mérida todo estaba bajo control en tierra.
Las calles del centro de la ciudad estaban desiertas. Nueve manzanas
habían sido acordonadas por la policía mexicana estatal y
federal. Cientos de agentes del Servicio Secreto de los Estados Unidos
cubrían la región desde días antes. Escudriñaban
todo a través de sus lentes de sol desde las azoteas. Su sistema de
teléfonos celulares parecía una red tendida sobre la antigua
capital Maya. El Carnaval anual de la ciudad, con la algarabía de sus
desfiles nocturnos (que dan la impresión de que los 750,000 habitantes
de Mérida se han derramado por las calles y bailan a ritmo
caribeño con disfraces adornados con plumas) había desaparecido
por la noche. Se había impuesto la Ley Seca.
Mérida en un día normal o por la noche es una poco común
ciudad tranquila. Ni siquiera la policía porta armas. La respuesta de la
ciudadanía a la nocturna invasión de Estado fue ignorar casi por
completo la cumbre presidencial. En los desfiles anteriores por la ciudad no se
colgó ninguna bandera para dar la bienvenida ni para protestar por la
llegada de Clinton y Zedillo. Alrededor de trescientas personas se concentraron
en la Plaza Grande para aplaudir el arribo de los gringos. Eran simpatizantes
del partido político que rige en México y que habían
recibido pases para cruzar los cercos de policías o eran bailarines de
danza folclórica contratados para ofrecer una vista festiva desde el
salón de la cena ubicado en el segundo piso donde los dignatarios
habrían de comer.
Davidow estaba en el primer minibús que llegó a la Plaza Grande
de Mérida desde el aeropuerto. Detrás de él venían
los presidentes, las primeras damas, miembros de los gabinetes, congresistas y
la prensa internacional. Unos cuantos fotógrafos y reporteros de la
fuente fueron escoltados hacia un edificio histórico a fin de tomar al
instante algunas fotos de los dignatarios y escribir de prisa sus reportajes
acerca de la cena. El resto de los periodistas fue conducido en grupo por
autobús a los hoteles de cinco estrellas para disfrutar de una pronta
exención de la Ley Seca. La zona de los hoteles de lujo fue
también acordonada por la policía y el Servicio Secreto.
En los pisos superiores del hotel Fiesta Americana se equiparon las suites con
circuitos de computadora y teléfonos para la prensa visitante.
Información oficial de la cena diplomática y programas del
itinerario del día siguiente estaban listos y aguardando. Los dos
presidentes serían transportados por helicóptero la mañana
siguiente, el 15 de febrero, en la corta distancia hacia Temozón Sur, la
lujosa hacienda restaurada propiedad de Roberto Hernández
Ramírez, presidente-propietario de Banamex (el Banco Nacional de
México antes que Hernández lo comprara al gobierno hace una
década). La revista Forbes enlista a Hernández como el
número 289 entre de los hombres más ricos del mundo.
El presidente Zedillo había permanecido en la propiedad de
Hernández desde el viernes, aunque éste no estuvo presente en la
reunión cumbre. Los dos presidentes disfrutarían de la
hospitalidad de un hombre de negocios pero no por ello habrían de
arquear mucho las cejas.
Pero si tan sólo uno do los corresponsales de la Casa Blanca alojados
en el Fiesta Americana, el Hyatt o el Holiday hubiera deambulado por el centro
o cuando menos en la planta baja habría alcanzado una gran oportunidad
periodística. Incluso un reportero que no leyese español hubiese
comprendido al titular principal del diario
Por Esto! de Mérida:
ROBERTO HERNÁNDEZ RAMÍREZ,
NARCOTRAFICANTE. (Parte I, Parte II, Parte III.)
El mismo día de San Valentín, Por Esto! publicó la
primera entrega de su serie de tres partes acerca del banquero, su ascenso
hacia la riqueza y el poder, su peso político y su presunto
involucramiento con las drogas y el dinero del narcotráfico. La serie
que se publicó tres días consecutivos constaba de 350 pulgadas
por columna de texto documentado por 45 fotografías (31 de ellas en
color) y tres mapas que trazaban la ruta de la cocaína colombiana a
través de las propiedades del banquero.
De acuerdo con el periódico y sus fuentes, los pantanosos terrenos
costeros adquiridos por Hernández a fines de los ochentas y a principios
de los noventas eran el punto de entrada de enormes volúmenes de
cocaína entregada en pequeñas lanchas colombianas. De
aquí, se cargaban toneladas de droga en pequeños aeroplanos que
volaban rumbo al norte desde la pista aérea privada de Hernández.
Éste, según las acusaciones que le hacía el
periódico y se resguardaba detrás de vacíos hoteles
"eco-turísticos" para lavar las ganancias de la droga.
Le serie fue un tour-de-force periodístico, la
culminación de una investigación de 26 meses a lo largo de los 43
kilómetros de terrenos costeros de Hernández en Quintana Roo, una
región conocida localmente como "el Triángulo de la Coca."
El periódico fue aún más allá: denunció
penalmente a Hernández por los delitos federales de tráfico de
drogas, saqueo de tesoros arqueológicos de la Nación (las
propiedades incluyen las antiguas ruinas Mayas de Chac Mool y otras) y por la
destrucción del medio ambiente provocada por las operaciones de
tráfico de cocaína en la Reserva Natural Sian Ka'an.
Ni una palabra de esta controversia aparecería en los medios
informativos norteamericanos antes o después de la cumbre
Clinton-Zedillo. Puede investigarse en Internet, Lexus-Nexus, los principales
diarios, los servicios de telegrafía, todo el mundo de habla inglesa; la
historia no fue nunca publicada ni promovida ni criticada ni rebatida.
Y, es que le historia fue dada a conocer en Yucatán y Quintana Roo
desde el 16 de diciembre de 1996 cuando una cooperativa de pescadores dio el
pitazo acerca del puerto y campo de aterrizaje de la cocaína en terrenos
propiedad de Hernández y condujo al periódico hacia la evidencia.
Por Esto! publicó los testimonios de los pescadores acerca de las
amenazas y hostigamiento por parte de Hernández, quien, según
decían, quería expulsarlos de sus tierras con el fin de no tener
testigos de sus operaciones de contrabando de drogas. Hernández
devolvió el fuego en 1997 denunciando al jefe de información del
periódico Renán Castro Madera, al reportero Santos Gabriel Us
Aké y al director Mario Menéndez Rodríguez por
allanamiento de morada y difamación. La opinión pública no
ha favorecido las quejas de Hernández. Desde 1996, más de cien
ayuntamientos, sindicatos y organizaciones cívicas de toda la
Península de Yucatán han manifestado su disposición de
apoyar al periódico en su lucha por exhibir al hombre al que llaman
narco-banquero.
La historia tomó nuevo curso el 28 de marzo cuando el poderoso
gobernador del estado de Quintana Roo (al oriente de Yucatán), Mario
Villanueva Madrid, desapareció durante su última semana de
funciones, huyendo de las acusaciones de narcotráfico. A menudo tosco,
pero siempre un político que sabe emplear los medios, Villanueva ha
emitido comunicados en videotape e incluso ha pagado anuncios en
periódicos desde su ignorado escondite, alegando que la
persecución contra él es un acto de venganza politíca. El
ahora ex-gobernador del Estado caribeño que acoge los centros
turísticos de clase mundial Cancún no está
hundiéndose calladamente. Él puede arrastar a otros con
él, incluyendo al camarada de Clinton, Roberto Hernández
Ramírez.
"Tengo mucha información," expresó
Villanueva al Reforma, diario de circulación nacional, el 23 de marzo,
pocos días antes de su desaparacion. "Mucha, que puede involucrar a
más gente. La voy a dar a conocer en la medida de que esto no se
resuelva."
La historia emigra a la frontera norte y no hay una patrulla fronteriza
(Border Patrol) que pueda detenerla. Hasta ahora los relatos de la prensa
internacional acerca de la desenfrenada corrupción de la guerra de las
drogas en la Península de Yucatán ha sido en su mayor parte
manejada y controlada por fuentes oficiales norteamericanas y mexicanas. La
destrucción de Mario Villanueva - por cierto un chueco, profundamente
implicado en la protección del ilegal negocio de las drogas y en otras
operaciones criminales y anti-democraticas - encubre sin embargo la rueda de la
corrupción institucionalizada en la cual es solamente un engrane. De los
beneficios del narcotráfico Villanueva simplemente ha disfrutado de los
frutos que todos los gobernadores del partido han gozado por décadas.
Las mismas instituciones que lo persiguen hoy lo protegieron durante los casi
seis años de su cargo de gobernador.
La investigación y persecución de Villanueva, una
operación conjunta de los gobiernos de México y Estados Unidos -
y ahora también de los 176 países que pertenecen a la Interpol
que se ha unido a la búsqueda - refuerza supuestamente la
posición oficial de que no será tolerada por más tiempo la
narco-corrupción a los más altos niveles. La misteriosa huida de
Villanueva y su promesa de divulgar los secretos del Narco-Estado Mexicano han
empezado a sacudir los paraísos suaves de la gente poderosa, entre los
se encuentran el propietario de Banamex, Hernández, y sus
huéspedes presidenciales.
Hernández culpa a villanueva, al momento en que era gobernador de
Quintana Roo, por los reportes del Por Esto! acerca de sus presuntos
crímenes de drogas. El banquero dirigió el problema por el camino
que los mayores escándalos de relaciones públicas se manejan en
México: "Hernández se quejó con el Presidente Zedillo,"
informó El Universal, diario de la Ciudad de México, y uno de los
mayores empresas periodísticas en el país, el 5 de abril, "quien
en su momento había hablado con Villanueva pero los ataques no cesaron:
el gobernador tenía un `interés' por esas tierras."
Esta fue la primera vez que El Universal o algún otro periódico
nacional mencionó de a Hernández en conexión con las
noticias del narco. Y en cuanto a ello, era incluido casi como una nota
incidental, en un colorido perfil por el escritor Mario Lara Klahr, sobre el
gobernador ahora fugitivo Villanueva.
El mismo día, El Universal publicó una entrevista casi de una
plana completa con Hernández acerca de la industria banquera - un
escrito lisonjero halagüeño completado con retratos fotograficos.
El periódico no preguntaba a Hernández acerca de los cargos de
drogas ni tampoco en general respecto al problema del lavado de dinero, tan
común en la industria bancaria mexicana, a pesar de que cinco
días antes, tres de los mayores bancos mexicanos, incluyendo Bancomer,
el principal competidor de Banamex, se habían confesado culpables en los
cortes federales de E.E.U.U. de ocultar cientos de milliones de dólares
de los gigantescos cárteles de la cocaína.
La alusión del perfil de El Universal acerca de Villanueva era que el
gobernador y Hernández estaban en guerra debido a que Villanueva
tenía "interés" en las propiedades costeras del banquero. El
escrito de Klahr también incluyó la suposición no
fundamentada de que Villanueva tenía intereses en Por Esto!
De hecho, el gobernador Villanueva hostigó y amenazó Por Esto!
varías veces durante sus seis años en poder: las oficinas del
periódico en Cancún fueron asaltados horas antes del pago de la
quincena (sin ninguna respuesta policial); ha sido el único medio al que
se le ha negado el pago por anuncios estatales contratados; sus reporteros y
fotógrafos trabajan en una clima de hostilidad y boicot por los
funcionarios; hasta la orden de aprehensión en contra de los periodistas
de Por Esto! que fue dictado por un juez estatal del mismo reino villanuevista
de Quintana Roo.
Por Esto! es publicado por Mario Menéndez Rodríguez, un
combativo y veterano periodista muy conocido por su activismo político
se remonta el movimiento estudiantil de México en 1968. Menéndez
publica diarios tanto en Mérida como en Cancún y había
estado en prisión por sus reportajes antigubernamentales muchas veces.
Él dice que el gobernador fugitivo no tiene nada que ver con el
periódico ni su propiedad.
"El gobernador de Quintana Roo no es propietario de Por Esto! Eso es
ridículo," dice Menéndez. "Vea la máquina de imprimir que
utilizamos. Se echa perder siempre. La gente de esta región sabe
cómo vivo y cómo funciona este periódico. Si El Universal
tiene documentación de sus acusaciones lo reto a demostrarlas. Por
supuesto, estoy preparando una respuesta."
(Una semana despues de la historia en El Universal, una publicación
nacional Proceso señaló que el propio Hernández
había orquestado el flujo de documentos a los que la prensa nacional
había basado sus informes sobre el caso Villanueva.)
El 12 de abril Por Esto! publicó un resumen de los resultados de sus
investigaciones acerca de los negocios de Hernández
comprometiéndose: "Fiel a la verdad, Por Esto! no cederá en la
lucha... El poder federal ejecutivo es el principal cómplice de los
barones de la droga en México."
Dicha historia ligaba a un director del departamento jurídico de
Banamex -un ex-subprocurador de la República despedido, de acuerdo con
Por Esto!, por sus actividades ilegales relacionados con el narcotráfico
-- con tres muy conocidos narcotraficantes, uno de ellos testigo bajo
protección de los fiscales anti-drogas norteamericanos y denunciaba que
el gobierno de E.E.U.U. tiene "amplio y profundo conocimiento" de las
actividades de narcotráfico de Hernández. El periódico
también señalaba al delegado de la PGR en Yucatán como un
antiguo empleado de Banamex, e informaba que las fuerzas armadas mexicanas
responsables de la lucha anti-drogas en la Península habían
recibido ordenes de no entrar a las propiedades costeras de Hernández,
las cuales de acuerdo a Por Esto! son todavía usadas como un importante
puerto de tráfico de cocaína.
Que Menéndez sigue con la investigación no es sorprendente. Lo
que es nuevo es que, por primera vez, otros periodistas están incidiendo
en la historia.
Carlos Ramírez, editor de La Crisis, revista política nacional,
publica una columna diaria tanto en El Universal como en Por Esto! En su
columna del 6 de abril donde analizaba el caso Villanueva, culpaba la
caída en desgracia del ex-gobernador a su disputa con Hernández,
"el todo-poderoso dueño de Banamex," respeto a las zonas de mayor
proyección turístico en Cancún y sus alrededores.
"Villanueva perdió por el peso de las relaciones de poder de Banamex,"
escribió Carlos Ramírez, sobre la fuerte relación social y
personal entre Hernández y el Presidente mexicano Ernesto Zedillo quien,
según Ramírez, ha vacacionado en las haciendas del banquero en
Cancún y en una isla caribeña propiedad de Hernández que
ha sido vinculada con el ya fallecido narcotraficante colombiano Pablo Escobar
Gaviria.
Le edición del 11 abril de Proceso, el semanario informativo mas
respetado en México, terminaba con la prolongada negativa de los medios
noticiosos nacionales de México a repetir las denuncias de Por Esto!
hacia Hernández. Bajo el encabezado "Con la fuga de Villanueva el
banquero Roberto Hernández perdió un enemigo." Proceso hizo
referencia a una reunión privada en septiembre de 1998 entre de el
entonces gobernador Villanueva y un grupo de periodistas a la cual Villanueva
confió, "Detrás de la campaña de desprestigio que se ha
desatado en mi contra veo la mano de Roberto Hernández." El articulo
continuó con la descripción de la campaña del Por Esto!
para señalar a Hernández como narcotraficante, citando los
reportes del Por Esto! de que cerca del 30 % de las casi 30 toneladas de
cocaína incautadas por los agentes de la Procuradora General de la
República han sido decomisados en terrenos propiedades del presidente de
Banamex Roberto Hernández. Y señalaba las demandas legales de
este en contra del periodico, y publicaba la noticia de que la semana previa el
juez quintanaroense Marco Antonio Traconis Varguez había librado una
orden de aprehensión en contra de los periodistas.
La apuesta por la Casa Blanca y la Embajada de E.E.U.U. en México
respeto a que la historia de las drogas en el anfitrión de Clinton nunca
había tenido lugar, ha sido perdida.
Jorge Madrazo Cuéllar, Procurador General de la República,
está nervioso acerca de la huida de Villanueva y las consecuencias se
agravarán hasta llegar a su propio trabajo. Los líderes de la
oposición solicitaron a Madrazo su comparencia ante la Cámara de
Diputados para responder a las acusaciones de que dejó escapar
intencionalmente a Villanueva (en aquella reunión Madrazo divulgó
que fiscales y policías de su agencia habían laborado como
narcotraficantes, admitiendo con ello que su oficina había funcionado
como un tipo de narco-escuela.)
El ex-gobernador acusado sigue prófugo - asomando una jactancia -
pagando desplegados de plana completa en diarios de circulación nacional
y emitiendo comunicados en vídeo de que podría pronto empezar a
implicar a su principal enemigo Hernández directamente en el negocio de
las drogas.
Así por el sin precedente acto por publicidad, el Procurador General
Madrazo defiende su posición insertando también desplegados en
los diarios de circulación nacional.
El comunicado abierto de la procuraduría publicado el 9 de abril en
todos los periódicos nacionales importantes de México, enumeraba
cinco negativas que resultan casi sofismas por su capacidad de sugerir lo
opuesto a su intencion. El remitido señala:
Que las acusaciones por drogas contra Villanueva no tienen motivación
política;
Que ninguna agencia norteamericana ha presionado para encarcelar
Villanueva;
Que las investigaciones contra Villanueva no están relacionadas con el
quinto aniversario del homicidio del 1994 candidato presidencial Luís
Donaldo Colosio y no se pretende desviar la atención de la
opinión pública sobre este caso;
Que la investigación contra Villanueva no tenía que ver con
"una obsesión personal del Procurador General de la Republica";
Que la investigación contra Villanueva no tenía que ver con las
acciones legales de Hernández en contra de Por Esto!
Todo lo anterior es verosímil al invertirse. El caso pudo ser motivado
por una confluencia de factores políticos. Desde al punto de vista de la
teoría periodística "seguir el dinero" la de máximo peso
de todos - alcanzando a la Casa Blanca en Washington - involucra al camarada
presidencial Hernández y el vasto poder del propietario de Banamex.
Por Esto! reportó la historia y tres de sus periodistas están
perseguidos con órdenes de aprehensión vigentes. La huida del
gobernador Villanueva ha forzado a la prensa nacional de México a
aceptar que hay verdaderamente una historia aquí. Si las organizaciones
de comunicación norteamericanas que cubren México harán su
trabajo está aún por verse. Pero cuando Bill Clinton
accedió a llevar a cabo su cumbre anti-drogas con el Presidente mexicano
en la hacienda del dueño de Banamex, Roberto Hernández
Ramírez, sin darse cuenta invitaba a la investigación. La
invitación vino justo con la caja en forma de corazón.
Al Giordano es un antiguo reportero
de política del Boston Phoenix.
D.R. © 1999 Al Giordano.